domingo, 5 de diciembre de 2010

Soy un pez

Observando a los peces como todas las tardes de domingo, me he dado cuenta de la tremenda sensibilidad de algunos de ellos.
Hay una pareja de Cebritas que llevan juntas desde hace más de seis meses. Han crecido juntas. Su mayor diversión es perseguirse la una a la otra por todo el acuario a gran velocidad. Y cuando se cabrean, persiguen al resto de los peces intentando morderles las aletas del culo.
Hoy he visto que una de ellas está malita. Pues la otra la sigue a todas partes lentamente, sin molestarla en su agonía, acompañando a su amiga en estos duros momentos.
De vez en cuando persigue algún que otro pez de coloridas aletas para desquitarse de tanta tristeza. Y en cuanto vuelve a ver a su compañera, se acerca y nada a su lado.
Es curioso ver este comportamiento tan afectuoso entre peces, sobre todo porque en cuanto se muera irán todos directos a comersela. Empezando por los ojos, que es lo más blandito.
¿Qué hará entonces su amiga? ¿Participará del festín? ¿Guardará luto? ¿Morirá al poco tiempo de pena por verse sola?
Lo sabré en los próximos días.

1 comentario:

  1. Gran historia. Nuestra historia. No dejes de informarnos del happy end.

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